Rebelde
El jefe celeste
Baja del edén perenne,
Enfrente de mí, embellece
Crece, se estremece, y se merece
mi fe resplandeciente
que como regente excelente
de este temple terrestre
cree que en su sede me prende
pretende ser decente
se cree efervescente
pero con él, es diferente
se debe a su gente
que teje redes
todos como peleles
se vuelven dementes
siendo solamente seres
y esperen, repten, trepen
para no ser herejes
y de repente, el césped lo deja desprenderse, sin que los febles
se estrellen, temen, se desesperen
de llegar sin desdén a cumplir su deber
para que todos dejen de depender
para que se endiablaran sin perder
el deseo de convivir juntos para emprender
el menester de vencer el brete.